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jueves, 19 de noviembre de 2020

Conversando con Alex Blum Runde - 18 noviembre 2020

Alex es hijo de un querido compañero de curso de mi colegio The Grange, Roberto Blum.
Me enteré que calificaba para chilean tekie, primero por su padre, pero recientemente por otro amigo, cercano a la familia de Roberto, Andrés Hofmann. 
Le escuché hacer algunos comentarios de Alex y dije, ya, intentaré entrevistarlo para este blog.

Fue fácil; acogió altiro.
Y hoy, miércoles 18 de noviembre, sostuvimos una grata conversación por Zoom, de hora y cuarto. Él estaba en Nueva York y yo en Santiago de Chile.

Alex tiene 33 años, es casado con Mackenzie Kay, Consultora en Comunicaciones y Relaciones Públicas, con quien acaban de tener su primera hija, Clara. 
Alex vive hace 14 años en EEUU. Nació y fue al colegio The Grange en Santiago, hasta cuarto medio. De ahí migró al estado de Carolina del Norte, a la universidad de Duke, a estudiar Ciencias Políticas.

Hizo la carrera de cuatro años, pero en una practica en un Think Tank descubrió que las Ciencias Políticas, no era lo suyo; guau.
Se fue a un soñado San Francisco, donde después de algunos trabajos, emprendió vendiendo salchichas en la calle, con un socio. Fue desgastante y un desastre financiero; un fracaso.

Finalmente se empleó en un Headhunter, como entrevistador de candidatos a empleos. Adquirió destreza en este oficio y se ganó la simpatía de los jefes. Cuando la empresa decidió abrir oficinas en Nueva York pidió ir a hacerse cargo. Y partió.
Se transformó en un experto entrevistador y reclutador.

Tengo que contar una historia previa aquí. Cuando estaba en el colegio, un libro, produjo en él un fuerte impacto. En este libro, un personaje del libro, empieza a conversar con el autor del libro. Él no podía creerlo; esto no está bien ! Esta experiencia, no solo le rompió los esquemas, sino que se transformó en un atento observador, de oreja abierta, como dice él.

Esto hace que este joven, atento y agudo observador y escuchador, detecte anomalías en la realidad de Nueva York. Se da cuenta que hay problemas en los restaurantes en las entrega a domicilio. Cada restaurante tenía 6 a 7 bicicleteros contratados, para los despachos. Lo que era un despilfarro. Aparte de que volvían de sus destinos sin carga y podían perderse en la ciudad, sin posibilidad de control de sus empleadores.

Y viene el chispazo, el eureka; vio la oportunidad y de inmediato se puso en acción. 
Se pone a diseñar y a reclutar a quien sería su socio tecnológico. En ese tiempo ya había renunciado a su empleador Headhunter y operaba prestando él mismo servicio en forma independiente.
Recuerda que entrevistó a muchos dueños de restaurantes, indagando de sus circunstancias en el tema de los despachos.

Hoy, con la empresa Relay andando en tres ciudades, Nueva York primero, hace 6 años, Filadelfia desde hace un año y Washington desde 6 meses, tienen 5.000 ciclistas que operan como Contratistas independientes, con contratos por hora.
No solo los restaurantes están felices con el servicio, con ahorros significativos, sino que los ciclistas los aman, pues están sacando en promedio US$ 60.000 al año, incluidas las propinas. Es una cifra nada de mala.

El futuro se ve promisorio para este joven. Con solo tres ciudades y el éxito que han tenido, pueden crecer enormemente y alcanzar una gloria mas alta de la que ya tienen. Estamos en un mercado competitivo; no cuesta mucho que otro se meta en este nicho y les cause estragos. 
Están trabajando con pasión y entusiasmo y lo veo muy contento.
Le pregunté cuanto vale la empresa y me dijo que no lo sabía, pues el valor se pone cuando dos personas se ponen de acuerdo. 
Le pregunté si le ofrecieran MMUS$ 150 si la soltaría ? Y me dijo que lo pensaría.

Bueno, si la llegara a vender, tiene no uno, varios proyectos que le gustaría echar a andar.
Está muy interesante el mundo para estos jóvenes, sin duda.

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