Luego nos fuimos a la terraza, donde nos pusimos cómodos para la conversa.
Agustín, es casado, con Pamela, profesora básica, con dos hijos, uno de 21 años, Gerard y el otro de 11, Rafael. El mayor estudia Ciencias Políticas y pololea con profesora.
Agustín |
Tiene además una tía profesora y su hermana, que es periodista, trabaja en educación.
Su papá es Director de coro, en un caso pagado, en otros, no.
Tiene 46 años y estudió Ingeniería en Computación en la Universidad de Chile; en Blanco con Beauchef, donde mismo yo había estudiado, pero química.
Estudia esta carrera, por descarte, dice, pues su sueño era la Astronomía.
Su sueño era seguir los pasos de Carl Sagan, de la serie "Cosmos". La computación era su hobby y cuando le decepcionó el estilo de vida de los científicos, optó por la computación.
Estudia en el colegio Alonso de Ercilla y tiene una marcadora experiencia como scout y como líder de grupos scout, en la población El Castillo, de La Pintana. Es ahí donde se le graba a fuego su vocación social.
Realiza esta dimensión de su persona siendo Director, desde hace cinco años, de la Fundación Ciudadano Inteligente. Es su militancia, dice.
Al salir de la universidad visualiza su vida profesional en un cubículo en un Banco y no lo resiste. Por eso intenta emprender y se mete a la incubadora de la universidad de Chile, Access Nova.
Intenta hacer software educativo.
Uno de sus proyectos consigue fondos Corfo, que serían de los primeros entregados como capital semilla en Chile.
Desarrollarán un sistema educacional, para ayudar en la gestión del aprendizaje en la sala de clases. Este apunta a que ningún alumno salga de un ramo sin haber entendido y aprendido la materia. Neto apuntando a la calidad en la educación.
Hacen el producto y no logran venderlo; no logran colocarlo.
Por qué ?
Por que el financiamiento educacional está orientado a medir la asistencia y no a la calidad del aprendizaje. Conceptualmente, me dice, los colegios son una guardería. Esta experiencia toca el meollo de la problemática que tenemos, de fallar en lograr la calidad de la educación chilena tan anhelada. Los incentivos están mal asignados.
El objetivo de su proyecto era que el alumno terminara aprendiendo y no esta dolencia de ir acumulando baches de desconocimiento, hasta que el sistema educacional al final abandona a los jóvenes que no lo van logrando.
Como dice Agustín, funcionó como método, pero no como negocio.
Y esta problemática persiste hasta el día de hoy.
Por ahí se tropieza con las metodologías livianas, después llamadas ágiles, que tienen un importante componente social aplicado en la computación.
Deciden aprender haciendo y diseñan y ofrecen un taller de metodologías ágiles. Y, para su sorpresa, consiguen clientes de verdad. Y tienen éxito, lo que resulta una mayor sorpresa aún.
Otro dato anecdótico de la historia de Agustín, es que su abuelo, por el otro lado, fue micrero y fundador de la línea de micros Tropezón, tan conocida.
Agustín es un apasionado, que cree en la autogestión y la iniciativa privada, dirigida al bienestar comunitario.
Me cuenta que hace un postgrado, donde su trabajo, consiste en explicar porqué funcionó su taller de metodologías ágiles.
Y se va metiendo en el desarrollo de un método para innovar en forma acelerada; no solo en el contexto de proyectos Informáticos, sino de todo tipo.
Desde el 2004 hasta el 2009, se emplea, dejándose un día para él. Ahí avanzará en sus estudios, emprendimientos y las clases que hace en la universidad. Siempre profesor, que parece ser su gran vocación.
En ese periodo, crea el área de investigación y desarrollo de Microsystem y luego ocupa el cargo de gerente de Consultoría de Novis, donde da servicios en el mundo SAP, en temas metodológicos. También trabaja en la firma Acepta de facturas electrónicas.
Dedica un tiempo Agustín, para enseñarme este método de innovación rápido, donde escudriñan necesidades de productos o servicios, chequean en un ciclo continuo su viabilidad comercial en el mundo real y las tecnologías posibles y su viabilidad económica. La idea es aplicar el método científico, entendiendo primero un problema, luego se formula una hipótesis de solución y se valida a pequeña escala.
Siempre en los equipos de trabajo estarán implicados los clientes.
Los procesos creativos se siguen en pizarras llenas de papelitos, donde cualquiera puede ver en qué está cada uno y en que está el proyecto en general. Lo llaman un espacio de entendimiento colectivo, o Kanban. Ahí se ve el flujo de producción de una innovación. Su origen es de la firma japonesa Toyota.
Me manda esta gráfica que ilustra el método:
En definitiva, están en el negocio de crear ideas, de crear conocimiento, tema fundamental y estratégico, en un mundo en que el futuro se ve tan opaco y complejo.
Llevan 8 años trabajando con sus dos socios y están decantando la iniciativa empresarial, a lo que llaman Leansight SPA.
Surge mi inquietud de desarrollar una plataforma para la política. Me cuenta de una en que uno podía buscar su alma gemela en los distintos políticos, listando sus ideas y propuestas. Pero han cambiado, a uno que llaman Abre, que haría justo lo contrario.
Están en proceso de ascenso en el organigrama, del interlocutor adecuado para lo que ofrecen. Están yendo más allá del gerente de Informática.
Tienen ya una mirada estratégica de cómo enfrentar el futuro con alta demanda innovadora, llegando a la idea de que se hace imperativo realizar un insourcing de toda la inteligencia que antes se outsourció.
La inteligencia de lo medular del negocio debe estar adentro, pues parados desde esa capacidad es que solamente podrán gestionar la innovación necesaria que se les viene a las empresas.
La gente está aplastada de compromisos, no tiene tiempo. Y debe fluidizar sus procesos, simplemente para disponer de más tiempo, para pensar. Las empresas necesitan tener disponibilidad pensante, sino estarán fritas.
Ha creado la Comunidad Ágil de Chile, donde en los primeros años figuró como una especie de evangelizador, tipo Juan Bautista.
La gente lo viene a buscar para que les enseñen agilidad para que los equipos funcionen mejor. Todo tipo de equipos, incluso de recursos humanos.
Se han movido entonces de una agilidad técnica a una agilidad de negocios.
Y ello los ha desplazado profesionalmente a algo parecido al trabajo de los coaches, que ellos prefieren llamar sherpas.
La pasión y vocación de servicio de Agustín, me recuerda a Claudio Orrego, con quien he estado hace poco días.
Y su capacidad de inteligencia, me recuerda al profesor de la serie La casa de papel.
Terminamos especulando de cómo sería incorporar las tecnologías sociales de la conversación de la teoría U de Otto Scharmer del MIT.
Excelente! Ayer estuve conversando con Agustín, un apasionado en hacer que las cosas pasen desde abajo y, ahora tambián, desde arriba..
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