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jueves, 8 de agosto de 2019

Conversación con Martín Cruz - 8 agosto 2019

Nos reunimos a desayunar, en el Tavelli del Drugstore en Providencia. Él se comió un desayuno con paila de huevos con champiñones, aparte de jugo, tostadas y café, mientras yo lo miraba en mi día de ayuno.
Me enteré de él pues es muy amigo de mi hijo Diego, con el que se conocieron en Melbourne Australia, cuando ambos viajaban por separado.
Una cosa me llamó la atención: después de estar más de un año fuera, venía decidido a no emplearse, sino que a emprender.

Martín Cruz
La verdad es que era un emprendedor desde los 11 años, en que vendía manjarcitos en su colegio, el San Ignacio de Pocuro.
Estudia Ingeniera Civil Industrial en la universidad Católica y su primer trabajo es en una pequeña empresa de innovación tecnológica. Ahí usaban visión artificial e inteligencia artificial y lograban cuantificar la cantidad de cobre en muestras de metal blanco, de altas temperaturas.

Bueno, después de su viaje a Australia, donde estuvo más de un año, vuelve y con un amigo viven en un departamento de la mamá del amigo y empieza a buscar como hacer algo que les permita parar la olla, como me dijo.
La primera idea fue un completo fracaso. Estuvieron abocados a ella durante seis meses y consistía en desarrollar un carné o pasaporte, que le daba derecho a los turistas a obtener descuentos, aparte de llevarlos a los negocios reclutados. Debían instalar en cada negocio un software, conectado con el resto de los negocios asociados. Bueno, no funcionó; no vendieron nada.

Mal lo deben haber pasado en ese tiempo.
Un día, conversando con un amigo, le contó de esta idea que una vez usó en un trabajo que tuvo que hacer en un ramo, de diseñar una aplicación que permitiera tomar número de las filas de los consultorios y hospitales, en forma remota, y así eludir las tradicionales largas colas.
Toman esa idea y la usan para optar a Fondos Corfo, del capítulo Smart Cities.
Y se lo ganan; MM$ 23. Por ese hecho crean la empresa oficialmente y parten diseñando y desarrollando, contratando para esto a un compañero de universidad, Fernando González y su gente.

Me aclara Martín, que ellos son traductores, de las necesidades, de los dolores que existen en el sistema de salud y no son tekies, propiamente tal; ambos son Ingenieros Civiles Industriales con mención Ambiental. Y esa es su principal gracia: traducen las necesidades de gerentes que estudian lo mismo que ellos en modelos y plataformas co-desarrolladas con sus ahora empleados tekies.
Bueno, para mi caen dentro de este capítulo de chilean tekies, porque lideran, inventan y participan en el diseño de esta y otras iniciativas.
Esta aplicación, que demoraron seis meses en desarrollarla y luego empezar a instalarla y dejarla operando, se llama Sáltala (salta la fila, es la idea).
Me entero conversando con Martín, que los viejitos, enfermos, deben ir todos los meses, por ejemplo al hospital Sótero del Río, y obtener en la farmacia del hospital, sus remedios, para la diabetes o la hipertensión, para lo cual deben hacer una cola de entre 3 y 4 horas. Esto es tanto para acceder a la farmacia del hospital, como a la toma de muestras o imagenología.
Yo no podía creerlo.

pantallazo de la aplicación en el celular
Martín, que más que nada es un comercial en este negocio, se ha terminado haciendo amigo de los directores de los hospitales, a quienes ha tenido que convencer de las bondades de su App y su prestación. Un hospital puede adquirir este servicio que cuesta entre 12-20 UF por tótem instalado.
El sistema funciona con un tótem y la app móvil, que hacen solicitudes al mismo servidor en Amazon: si es que una persona pide el número 5 desde el tótem, luego desde la app se puede pedir el número 6 y el tótem entregará el número 7 en el hospital.

Otra de las pegas de esta empresa de servicios es hablarle a las personas de las colas, para que se cambien a esta nueva forma de operar. Y no ha sido tan fácil.
Me cuenta Martín que en el Sotero del Río, el 30% de las prestaciones se atienden usando la App de ellos, el resto lo hace por el tótem. Y la gente ahora espera sentada, y no de pie, como sigue siendo para tantos.

Bueno, están rompiendo con esta aplicación, que está penetrando bien. Y les ha dado pie para montar un negocio mucho más grande que lo que esta aplicación les puede dar, solo intruseando, conversando, al interior de hospitales. A esta altura diría yo, son expertos en sistema de salud y sus problemáticas.
Ojo está aplicación, sáltala, está impactando los índices de ausentismo escolar y ausentismo
laboral, del país, pues las esperas de largas horas impedía por ejemplo a las madres poder
llevar a sus niños al colegio temprano y también permite que los empleados puedan
ausentarse menos tiempo de sus puestos de trabajo pues ahora pueden planificarse.

Para ilustrar la cobertura que están adquiriendo, te listo otros servicios que está desarrollando y ofreciendo:

  • Pabellón digital. Gestión digital de los pabellones, no solo para efectos de reservarlos para una operación, sino de todas las tareas que cada intervención va requiriendo. Y el director del hospital, por ejemplo, puede ver en su celular, como todo está funcionando. Con importante impacto en las listas de espera para ser operado, por las mayores eficiencias logradas.
  • Cascada BI, que son reportes de gestión hospitalaria, en tiempo real.
  • Digitalización de los presupuestos médicos; este es un tema más bien de salud privada; los presupuestos se generan digitalmente, con alto impacto en la velocidad de las atenciones de clientes y después pueden ser auditables.
  • Cotizaciones de prestaciones online, con la posibilidad de hacer comparación de precios entre instituciones; tienen un piloto para los temas de partos y cesarias funcionando.
Aparte, tienen un giro de desarrollos de aplicaciones a la medida. Este les está generando en este momento el 40% de sus ingresos.
Ejemplos de ellos son: 

  • Clase media protegida (link); esta es una promesa de la campaña del presidente Piñera. Este es un servicio de alto impacto social, para el que los contrató el Ministerio de Desarrollo Social. Este año por este ítem tendrán ingresos de unos MM$ 250,-
  • Arbotag (link); en que fichan todos los árboles de la comuna, con un chip NFC; esto permite pasar la información de cada árbol a un sistema que controla las tareas de mantención de los árboles, por parte de las Municipalidades.
Estos gallos la llevan. Están actuando en el sistema de salud, con aplicaciones de alto impacto.
Son tres socios. Alejandro Yung, que empezó con él y ahora entró Alvaro de la Barra, a hacerse cargo de la gestión con las Clínicas del sector privado. Los tres de la misma carrera y universidad; por eso hay que ir a la universidad: para hacer redes generadores de iniciativas como esta.
Y han crecido a 23 colaboradores, con oficina en una casa de Pedro de Valdivia norte.

Yo quedé prendido con este joven emprendedor, que exuda entusiasmo y buena onda, claramente apasionado por lo que están haciendo, con lo que logra darle de lleno a su razón de vida, que es solucionar problemas grandes, que tengan impacto.

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