Nos comunicamos con Tomás por Skype, en vista de que su residencia actual es la ciudad de Valdivia, en el sur de Chile.
Lo conozco desde hace tiempo, de cuando crea Tugar, para resolver un problema personal, cuando buscaba un departamento para arrendar en un acotado sector. Aparte de que es hijo de un compañero mío de curso, Peter Pollak, en el colegio Grange.
Viene llegando de una estadía en EEUU de unos 4 años. Optaron con su mujer por la ciudad de Valdivia, que a ambos les gusta, siendo que él es un trabajador neto online.
En la actualidad, trabaja en su empresa Bootic, que es una plataforma de ecommerce para Pymes, con sus socio Ismael Celis, que vive en Londres y Juan Pablo Aqueveque, en Temuco.
Tomás tiene 35 años, está casado con Carolina Masoli (Ecóloga y Paisajista) y tiene dos hijas, una de 3 años y otra de 3 meses.
En lo fundamental es un autodidacta, pues estudió Periodismo en la UC, universidad con la que mantiene relación a través de Eduardo Arriagada, con el que tejen alguna iniciativa a partir de su viejo sitio de noticias, Dixit. Mientras estudiaba, tomó cursos de estética, cine y partes y piezas de ingeniería comercial, a medida que fue teniendo la inquietud o la necesidad.
Su pasión es abordar una problemática de las personas, incluso suya propia, y elaborar soluciones con la tecnología.
Su gran proyecto empresarial es Prey, que básicamente provee una herramienta que cuando te roban el equipo, saca fotos desde la cámara de video y se las manda a la policía. El producto es de los pocos productos chilenos, que alcanzó el mercado internacional, con resultados azules desde el principio.
Él se fue a abrir la operación en EE.UU. e impulsar el negocio de Prey, mientras el resto del equipo seguía desarrollando y manteniendo el producto, en Chile.
Descubrió en esta experiencia que mucho más lo apasiona el desarrollo, la creación, que los procesos de negocio.
Su tema hoy día es Bootic, la plataforma de ecommerce para Pymes. Está hecho sobre software libre, ofreciendo el servicio de hacerse cargo de todos los problemas que estas empresas no quieren hacer, como que en un Cyber Day, como el que viene el próximo lunes, no se caigan por exceso de tráfico.
Tomás, a pesar de que llegó a finales del año pasado de vuelta a Chile, está en proceso de reconectarse con la comunidad tecnológica de Chile, comunidad de la que ha sido un miembro importante.
Hoy trabaja en un cowork llamado Nube, en Valdivia, donde hace unas semanas dictó una charla, sobre en que está su mundo de la tecnología, visto de la forma que lo viene viendo desde la red y localizado en EEUU.
Tomás es una persona que no escabulle la relación con otros (estudió Periodismo), más bien la disfruta, pero su pasión creativa y empresarial, de a ratos y a veces por largos periodo, ha hecho que a ratos desaparezca un poco.
Cuando le pregunto por el producto inmobiliario Tugar, me cuenta de la problemática de rentabilizar los proyectos. El sitio está apagado, pero sigue pagando el dominio. Anduvo hace un tiempo, pensando en una forma de rentabilizarlo, consistente en generar cuadrantes a la medida, cuadrantes en el mapa de la ciudad y que el sitio te mandara un email, cuando apareciera una nueva oferta de arriendo o venta, según la especificación del usuario. Pero tenía que ser exclusivo, de pocos visitantes, pues la idea es que tu pagaras y fueras de los primeros en recibir la información.
Para ello jugaba con una afición que tiene con los acertijos, pues para entrar al sitio tenías que resolver un acertijo.
Te das cuenta, un sitio que te la hace difícil para acceder. Un sitio que pretende sea visitado por pocos. Raro, no?
Tomás es una máquina de ideas. Otro de sus proyectos surge de su afición por la música (incluso toca algunos instrumentos), donde explota un particular gusto que tiene por la música de los videojuegos. Se trata de una especie de Spotify de música de videojuegos; qué tal? Se llama Muki.
Me llama la atención de Tomás, siendo un tekie de alto vuelo, que su computador de trabajo, sea del 2011 y su celular, uno usado que compró hace unos cuatro años. Y por otro lado, tiene una cierta afición por hacerse de computadoras antiguos, disfrutando luego haciéndolas funcionar.
Tiene otro proyecto en carpeta, que me explicó en detalle pero que me pidió no revelar. Tiene que ver con las cosas en desuso, de reciclaje. No le ve a esta iniciativa una forma de rentabilizarlo, pero igual quiere hacerlo como un aporte.
Tomás anda con ganas de aportar al sistema tecnológico de Chile, me dice que siente que a muchos les hace falta aterrizar un poco y así llevarlos a hacer cosas más concretas.
También le tiro el tema del mundo de la política, donde coincidimos en que había mucho que inventar y pensar ahí. Y si era posible salir con algo tan revolucionario como fue Uber en el mundo del transporte de ciudad.
Y respecto del mundo de los edificios, me nombra una aplicación que está pegando para los barrios en EEUU, Nextdoor.com
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